Técnica para dibujar desde el interior de la pantalla del televisor utilizando ésta como lienzo, y el haz de electrones que activa el recubrimiento de fósforo, que hace posible visualizar imágenes electrónicas, como instrumento de dibujo.
Ocupando
el 75% del área de un aparato de televisión encontramos una gran
válvula llamada Tubo de Rayos Catódicos (CRT, por su siglas en inglés),
lo que comúnmente llamamos cinescopio; de forma de embudo, y cuya cara
más ancha es visible al exterior, es decir, la pantalla. Ésta se
encuentra recubierta en su interior por una capa de fósforo, lo que
permite que -al ser el fósforo un elemento sensible a la luz- veamos la
formación de imágenes en la pantalla cuando un flujo de electrones es
emitido desde la parte más angosta de la válvula. Estos electrones, que
atienden a un patrón de escaneo de la pantalla, activan las porciones de
fósforo necesarias para formar una imagen luminosa.
Bajo éste sencillo principio de generación de imágenes monocromáticas se basa la propuesta plástica denominada: fosfografía;
en la que se utiliza una imagen en alto contraste a manera de plantilla
-el área negra bloqueará el paso de la luz, mientras la blanca
permitirá que la luz incida en el fósforo- que se reproduce por miles de
horas en una pantalla de televisión; alterando físicamente (quemando,
ennegreciendo) el fósforo del interior del cinescopio.
Empleando para ello plantillas diferentes a fin de lograr una gama tonal.
Así, la imagen se plasma lentamente hasta lograr un dibujo permanente, sin modificar drásticamente la fisonomía del televisor.
Un
remanente -una huella- de las miles de emisiones televisivas.
Este recurso técnico fue usado en 2005 por la artista mexicana Carolina Esparragoza para crear la serie memorias.